La investigación de la verdad
- R:.L:. Lichkay n°28

- 13 ene 2024
- 3 Min. de lectura

Me preguntaba si acaso realizar la investigación de alguna cosa en general, pudiera en realidad darme la idea de lo que eso es, es decir, si lo que se devela como cierto, va a satisfacer en primer lugar mi curiosidad, mi deseo de encontrar la verdad.
Si nos remitimos a una definición estrictamente lingüística, veremos que, según la Real Academia Española, define a la palaba investigar, como al acto de llevar a cabo estrategias para descubrir algo.
Creo, sin embargo, que el tema, contiene una reflexión mucho más profunda, que además influirá en nuestra vida como Masonas, y que, como seres libres de pensamiento, sabremos con responsabilidad ¿encontrar la verdad? o ¿acaso buscarla?
¿Qué es la verdad? ¿Para qué nos es útil? ¿Qué obtenemos con ella o de ella?, así podríamos ir preguntándonos y no acabaríamos de hacerlo, pues, el ser humano como persona imperfecta pocas veces acepta como verdadero un hecho, un sentimiento, si éste no va acorde con su pensamiento; y, sin embargo, su búsqueda no cesa jamás.
En mi búsqueda encontré ciertas frases relacionadas a la verdad, pertenecientes a hombres célebres como el filósofo chino Confucio quien dijo: “Es el hombre el que hace grande a la verdad, y no la verdad la que hace grande al hombre”.
Por su parte, el también filósofo y astrónomo italiano Galileo Galilei, sostenía: “Todas las verdades son fáciles de entender una vez descubiertas. El caso es descubrirlas”
Pero, ¿cómo iniciamos nuestra labor de investigar la verdad? desde que una aspirante a masona es iniciada, es instruida por ejemplo; entre otros puntos, sobre “Buscad y Encontraréis”; y es precisamente de esa búsqueda a través de la práctica del pensamiento libre que nos ayudará y orientará a formarnos de manera individual una convicción propia en nuestra búsqueda de la verdad; pero esta búsqueda debe hacerse con la plena libertad de poder no solo de pensar de diversas formas, sino también de elegir cuál de ellas es la que corresponde a esa verdad que tratamos que se haga visible, que salga del ocultamiento; y es que si bien es cierto todos tenemos derecho a investigar la verdad, con libertad, pero al mismo tiempo tiene que coexistir con ello la tolerancia, pues ¿cómo sería posible que se busque la verdad, si es que no poseemos tolerancia?
Por ello, esta tarea ha de ser realizada con mucha responsabilidad, y que se encuentre dirigida sobre todo a procurar ser mejores como seres humanos.
Entonces, podríamos afirmar que en realidad el objetivo en la investigación de la verdad, no sería el encontrarla, sino el buscarla, pues no es posible que ella exista como algo absoluto e inmutable, ya que los acontecimientos, las experiencias, nos van dando la oportunidad de ir aceptando que en realidad la verdad constituye una referencia ideal que nos sirve en nuestro proceso de mejoramiento; y es por ello que podríamos decir que la verdad absoluta no existe; sin embargo, ello no debe ser un obstáculo para poseer una verdad interior, una verdad espiritual, que todos estamos en la capacidad de buscar de manera permanente.
Volvemos entonces a nuestras interrogantes iniciales: ¿Qué es la verdad? ¿Para qué nos es útil? ¿Qué obtenemos con ella o de ella?, y podríamos decir repitiendo una frase de Ortega y Gasset, quien dice de la verdad que es una: “coincidencia del hombre consigo mismo”[1], es decir, que como es natural el hombre en general, necesita justificar el porqué de las cosas; y ello a partir de una búsqueda desde el interior de su ser; por otro lado, creo que la utilidad de contar con la capacidad de buscar la verdad, nos pondrá en armonía con el mundo exterior, nos hará mejores personas con nosotras mismas y con los demás.
Es cierto, que quizá no encontremos nunca una verdad tan absoluta, tan estática, inmutable, y creo que al fin y al cabo de eso se trata, de ser conscientes que como humanos eso no llegará jamás; sino que, a partir de una verdad relativa, siempre estaremos tratando de elegir entre lo mejor, según nuestro libre pensamiento, según nuestra propia experiencia.
En conclusión:
1) En la investigación de la verdad, el objetivo no es encontrarla, sino buscarla, pues como algo absoluto e inmutable no es posible que exista, sino de manera relativa, lo cual, nos estimula en su búsqueda, pues la verdad constituye una referencia ideal, que nos sirve en el proceso de mejoramiento.
2) La investigación de la verdad, se construye a partir de un pensamiento libre de pasiones, de desenfrenos, pues lo que debe primar además es el de realizarlo con plena tolerancia, respeto hacia lo diverso de las opiniones, pues, conducirse con responsabilidad y valores es nuestra tarea.
[1] Ferrater Mora, José. “Diccionario de Filosofía”. Editorial Sudamericana. Buenos Aires. Cuarta Edición. Publicada en abril de 1958. Pág. 1393.


Comentarios